Lesiones oculares producidas en perros por la procesionaria del pino

Un equipo de investigadores españoles ha publicado un estudio en Veterinary Ophthalmology.
Este año, con un invierno muy suave y un clima primaveral adelantado, la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) ha proliferado de forma muy marcada en la península Ibérica y ha comenzado a enterrarse antes que otros años, momento en el cual las orugas son muy peligrosas para perros y niños que paseen por zonas donde haya pinos.
Un equipo de veterinarios clínicos españoles especializados en Oftalmología, de varios centros en distintos lugares del país, ha publicado un estudio* sobre las lesiones oculares que pueden sufrir los perros como consecuencia de entrar en contacto con la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).
Este insecto es inusualmente abundante este año en España debido a unas estaciones de otoño e invierno muy suaves en 2015-2016. Además, con un clima primaveral adelantado a enero en 2016, las orugas han comenzado a bajar de los pinos para enterrarse y pasar a la fase de pupa, momento este de la migración durante el cual son muy peligrosas para perros y niños que se encuentren en zonas endémicas de este insecto. Las lesiones que ocasionan por contacto con sus pelos urticantes pueden llegar a ser muy graves.
En el estudio al que hacemos referencia, publicado en Veterinary Ophthalmology, se han recopilado datos de más de un centenar de casos clínicos de perros con afecciones oculares causadas por la procesionaria del pino: 120 del centro de España, 13 de la zona sur, 6 de la zona norte y un perro de la zona mediterránea atendidos en cuatro centros veterinarios diferentes.
Las lesiones que se localizaron fueron en su mayor parte queratitis con infiltrado celular (98,57 %, n=138), seguidas de uveítis anterior (78,57 %, n = 110), hiperemia conjuntival y quemosis (33,57 %, n = 47), blefaritis (8,57 %, n = 12) y úlceras corneales (2,86 %, n = 4). En cuanto al tratamiento que recibieron los animales, el lavado con hidropulsión salina de los ojos para retirar los pelos urticantes de la procesionaria funcionó bien en el 99,29 % de los casos (139 perros). Sólo uno de los animales requirió de cirugía para reconstruir la córnea y eliminar las lesiones corneales profundas que sufrió.
Todas las lesiones oculares registradas en este estudio se habían recuperado en los 15-30 días tras el primer tratamiento del caso, excepto en uno de los sujetos que acabó desarrollando endoftalmitis.
Los autores recomiendan que se incluya el contacto con orugas de la procesionaria del pino en el diagnóstico diferencial de lesiones oculares agudas, especialmente queratitis con infiltrado celular de la córnea y uveítis anterior, en los perros que se encuentren en zonas endémicas de este insecto durante los meses de primavera y verano.

*Costa D, Esteban J, Sanz F, Vergara J, Huguet E. Ocular lesions produced by pine processionary caterpillar setae (Thaumetopoea pityocampa) in dogs: a descriptive study. Vet Ophthalmol. 2015 Nov 26. doi: 10.1111/vop.12333